Son tres las líneas que gobiernan la palma de la mano: la de la vida, la de la cabeza, y la del corazón, y mediante el estudio de ellas se pueden llegar a conocer muchos detalles de los sentimientos y del futuro. Hay que tener bien en cuenta que no hay dos manos iguales y con el mismo trazado. Es bastante importante comenzar el estudio de la lectura de una mano tras realizar un perfil con los datos de la infancia y juventud de la persona y, si es posible, observar las palmas del padre y la madre.
Según la mano al completo, analizando formas y texturas, la quilología y quiromancia distinguen cuatro temperamentos: nervioso (personas imaginativas, meticulosas, muy detallistas, exageradas, impresionables y muy polivalentes); bilioso (lentos, metódicos, bastante susceptibles y de enorme tesón y voluntad); linfático (coléricos, pero dotados de control, apáticos, tranquilos, sensuales); y sanguíneo (personas muy vitales, obsesivas, con reflejos, resistentes y protectoras).